martes, 25 de noviembre de 2008


Siempre creí que el privilegio, el alivio y el consuelo más grandes de la amistad consisten en que no es necesario explicar nada.Los silencios entre amigos constituyen auténticas conversaciones. Lo que importa no es lo que se dice, sino lo que jamás resulta preciso decir.Un amigo escucha la canción de mi corazón y me la canta cuando me falla la memoria.El simple conocimiento de una amistad torna posible resistir la soledad, la enfermedad y la confusión, aunque el amigo carezca de medios para ayudarte. Basta con que exista. La amistad no mengua con la distancia, ni con el tiempo, la reclusión o la guerra, el sufrimiento o el silencio. Es allí en donde más hondamente arraiga.

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